La rehabilitación tras un ictus es fundamental debido a las secuelas que esta enfermedad provoca a los afectados. Según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) hasta el 40% de las personas que sufren un ictus tienen problemas para realizar actividades cotidianas del día a día.
Antes de explicar en qué consiste la rehabilitación tras un ictus y como un servicio de enfermería a domicilio puede resultar ventajoso para pacientes y familiares, explicaremos las principales características de esta enfermedad.
Un ictus, también conocido como infarto cerebral, es una enfermedad cerebral de origen vascular que se presenta de un modo súbito debido a que la sangre no llega a una determinada zona del cerebro, de modo que las células nerviosas afectadas no reciben oxígeno y mueren.
Esto se produce por la alteración de la circulación cerebral a consecuencia de que el vaso sanguíneo que lleva sangre al cerebro se ha roto o ha quedado taponado. Esta enfermedad provoca que la parte del cerebro afectada por la falta de sangre se altere de manera transitoria o definitiva.
Se puede distinguir entre dos grandes tipos de ictus según su naturaleza:
- Ictus Isquémico: Es el caso más común y se produce por la obstrucción del vaso sanguíneo provocando una disminución o interrupción del aporte de sangre al cerebro. Este tipo de ictus es reversible y no existe déficit neurológico permanente tras su finalización.
- Ictus Hemorrágico: Tiene lugar tras la rotura de vasos sanguíneos provocando que la sangre se filtre en determinadas zonas del cerebro, dando lugar a hemorragias cerebrales.
Consecuencias tras sufrir un ictus
Las secuelas tras un ictus son muy variadas, pudiendo producir alteraciones del control motor como pérdida de movimiento, disminución de la fuerza o dificultad para coordinar.
También se producen alteraciones sensoriales como problemas visuales, alteraciones de la deglución como la disfagia e incluso alteraciones de la comunicación como la afasia (incapacidad para comunicarse), disartria (dificultad para articular sonidos o palabras) o la anomia (incapacidad para reconocer los nombres de las cosas).
Más allá de las alteraciones físicas, también se producen otras como las que afectan a la conducta (agresividad, cambios en la conducta social, impulsividad…) y en el estado emocional, con posibilidad de ansiedad, depresión o apatía.
La recuperación tras el ictus depende de muchos factores, aunque hay dos que influyen decisivamente, la inmediatez y la intensidad de la rehabilitación. En una enfermedad de este tipo cada día cuenta y es importante actuar cuanto antes, siendo lo ideal comenzar en el propio hospital en el momento que el paciente se encuentre médicamente estabilizado.
¿Cómo te puede ayudar una rehabilitación tras un ictus a domicilio?
Como hemos comentado, la rehabilitación tras un ictus debe comenzar en el hospital, aunque es un proceso largo que debe continuar tras recibir el alta el paciente, tanto en ambulatorios como en el propio domicilio con especialistas, como el caso de DA Salud. El equipo encargado de esta rehabilitación debe ser multidisciplinar, formado tanto por fisioterapeutas, logopedas como terapeutas ocupacionales.
Las tareas de esta rehabilitación tras un ictus deben ir encaminadas a recuperar fuerza y masa muscular, evitar rigideces articulares, controlar el dolor, mejorar el control postural, recuperar la movilidad en las extremidades afectadas y reeducar el equilibrio.
En ocasiones, el paciente no puede valerse por sí mismo y acudir con frecuencia a un ambulatorio o centro de rehabilitación puede ser una tarea costosa para él. Por ello, tener la posibilidad de que esta rehabilitación se realice en el propio domicilio es mucho más cómodo. Incluso también para los familiares, que no deben preocuparse del traslado del paciente ni de las molestias que podría acarrear.
En DA Salud contamos con un equipo multidisciplinar que atiende a domicilio con toda la seguridad y las garantías, con una amplia experiencia en el servicio de rehabilitación tras un ictus en la propia vivienda del paciente.
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